Este concepto desarrollado por Hipacatres de Cos (s.V a.d.) constituye la base de la naturopatía y de su filosofía, entenderlo  es fundamental para comprender la medicina natural. La definición de terreno como tal es única de la naturopatía ya que aunque en otras disciplinas terapéuticas existen planteamientos similares, estas ni llegan a concretarlas.

Consideraremos como terreno a la persona en su aspecto más global incluyendo la constitución física, la constitución psíquica, la esfera emocional, su ámbito social y cualquier otro aspecto que la pueda definir. El símil perfecto seria un terreno sobre el cual podemos trabajar y del cual podemos conseguir frutos.

Las características del terreno van a definir a la persona otorgándole unas cualidades y unos puntos débiles. L a fortaleza del terreno nos dará capacidad de la persona para superar situaciones, su capacidad de reacción y de adaptación.

Un terreno débil es un terreno propenso a la enfermedad, depende de las características del terreno desarrollará unas enfermedades u otras, esto es lo que se conoce como tendencia a enfermar o diátesis. Tratando el terreno (fortaleciéndolo) lo haremos capaz de superar la enfermedad por sus propios medios, esto es lo que se conoce como tratamiento de fondo.  Dos personas con una misma enfermedad van a tener una sintomatología muy similar, pero sus terrenos son diferentes, han llegado a dicha enfermedad por caminos diferentes y la recuperación también tiene que ser diferente para cada uno. Si tratásemos la enfermedad en vez del terreno aplicaríamos el mismo tratamiento (antiinflamatorio, antidepresivo, analgésico) pero el terreno seguiría siendo débil y propenso a desarrollar la sintomatología en cuanto desaparezca el efecto del tratamiento. En cambio si valoramos las características de los terrenos de estas personas, y tratamos cada uno como lo precise, la enfermedad desaparecerá por sí sola.

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