Este artículo pretende presentar el enfoque que realizamos en nuestro centro sobre la epicondilitis.

Por epicondilitis entendemos la inflamación del tendón de la musculatura extensora de la muñeca. Esta musculatura se une en un tendón común que se inserta en el epicóndilo, de ahí su nombre. El epicóndilo es una puntita de hueso muy pequeña que hay en la parte exterior e inferior del húmero cuya función es precisamente soportar la musculatura del antebrazo.

Las epicondilitis suelen producir un dolor intenso y puntual en la parte externa del codo cuando se realizan gestos de apretar el puño (coger objectos) o extensión de muñeca (dar gas a una moto). También encontramos puntos de dolor a la palpación en la musculatura posterior y superior del antebrazo y codo.

Lamentablemente, en la epicondilitis cómo en la mayoría de lesiones tendinomusculares existe una gran cantidad de sobrediagnóstico. Que haya dolor en el codo o en el tendón no quiere decir que haya inflamación, en tal caso deberíamos hablar de epicondilagia o  codalgia.

 

 

FISIOTERAPIA PARA LAS EPICONDILITIS

 

Lo primero es realizar una ecografía para comprobar que efectivamente el tendón del los músculos epicondíleos está inflamado. Ha nosotros nos sorprendió la cantidad de gente con dolor en el codo a los que se les  diagnostica una  epicondilitis pero al realizar la ecografía no encontramos rastros de inflamación o degeneración en el tendón.

Si el tendón se encuentra afectado, el tratamiento de elección va a ser la EPI®(electrolisis percutánea intratisular).

Si el tendón no se encuentra afectado, entendemos que o bien el dolor en el codo es referido, es decir proviene de otra estructura diferente a la cual se localiza el dolor, o bien el dolor se debe a una sobrecarga por mal funcionamiento de las estructuras.

 

1-Desequilibrio muscular:

Habitualmente los músculos flexores (epitrocleares) presentan más tono muscular que los extensores. Esto implica que siempre que se tengan que activar los músculos epicondíleos estos van a tener que trabajar más para compensar el exceso de tono en los antagonistas (músculos que realizan la función contrária) y en consecuencia se van a  sobrecargar. Contrariamente a lo que hacen muchos terapeutas, nosotros creemos que en este caso en mejor estirar y descargar la musculatura flexora. No nos parece buena idea estriar una musculatura que ya se encuentra en una posición de estiramiento (insuficiencia funcional muscular pasiva).

2-Adherencia muscular:

Los músculos deben poder deslizarse los unos contra los otros mientras trabajan. La perdida de este deslizamiento libre es lo que podríamos entender como adherencia del tabique muscular. Esto va a implicar el aumento del trabajo para realizar un mismo gesto, acumulación de residuos metabólicos e incluso falta de nutrición. En el caso de las epicondilitis es necesario revisar los tabiques musculares de toda la extremidad superior. Para nosotros los ganchos (fibrolisis diacutánea) son la mejor opción en este caso.

 

3-Puntos gatillo:

En la musculatura loca suelen existir puntos gatillo que provocan tanto dolo cómo perdida de la función muscular. También en musculatura más alejada de la zona podemos encontrar puntos gatillo que producen lo que llamamos un dolor irradiado, este tipo de dolor presta a la confusión al originarse en una zona diferente a la que se siente. Para los puntos gatillo siempre que sea posible nosotros indicamos la punción seca.

 

OSTEOPATÍA PARA LAS EPICONDILITIS

 

Cómo siempre, nos gusta reservar la osteopatía para aquellas epicondilitis de larga evolución o con complicaciones. Cuando la epicondilitis no se ha solucionado con tratamiento de fisioterapia tenemos que investigar cuál es la causa de que perpetúe en el tiempo.En este caso iremos a valorar no tanto la parte muscular cómo con la fisioterapia, si no la estructural (huesos y articulaciones) y la fascial.

 

1-A nivel estructural:

Nos vamos a fijar en los bloqueos que hay en las articulaciones por encima y por debajo del codo (hombro y muñeca) pero sobre todo le prestaremos especial atención a la cabeza del radio.

Cuando un hueso sufre tensiones anómalas durante mucho tiempo el cuerpo humano como medida de protección cambia sus capacidades físicas ( densidad, plasticidad) o incluso llega a deformarlo. Esto es muy evidente en otras lesiones cómo los espolones calcáneos. El hecho es que esta medida de protección acaba siendo un arma de doble filo ya que al cambiar las cualidades físicas de hueso se perjudica indirectamente la función muscular complicando la recuperación.

El tratamiento consistirá en devolver la cabeza del radio a su posición correcta y mejorar sus cualidades físicas

2-A nivel fascial:

La fáscia es un tejido de envoltura y sostén, se expande por todo el cuerpo cómo una red comunicación que nos garantiza tanto la correcta trasmisión de fuerzas, cómo el metabolismo y nutrición del tejido. Por tanto el correcto desarrollo fascial de la extremidad inferior va a tener un papel crucial en la evolución o no de la lesión. Con técnicas manuales vamos a mejorar la tensión fascial que afecta a la biomecánica de la extremidad superior en general y del codo en particular.

 

ACUPUNTURA PARA LAS EPICONDILITIS

 

En este caso nos vamos a fijar en el tipo de dolor, si es muy agudo vamos a estar obligados a hacer inicialmente un tratamiento analgésico y ver cómo va evolucionando. Si el dolor no es muy intenso, nos va a permitir valorar otros aspectos más profundos.

Nos vamos a fijar sobre todo en dos canales energéticos a nivel local: intestino grueso (IG) y triple recalentador (TR). El bloqueo energético de estos canales es el que nos puede ocasionar dolor en la zona y mala nutrición.

Por otro lado sabemos que el hígado y a vesícula biliar ( elemento madera) son según la medicina tradicional china son los órganos que controlan la actividad de los músculos y tendones. Por tanto, una vez controlada la fase de dolor, será interesante valorar según la teoría de los cinco elementos si hay algún desequilibrio energético que altere la función del hígado y la vesícula biliar. Esto nos va a garantizar la correcta evolución de la lesión.

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