Estas son dos situaciones muy parecidas que a menudo vemos en consulta de fisioterapia o de osteopatia. Aunque por si solas no producen dolor, si que son las causa indirecta de muchas molestias musculares y articulares.

 INESTABILIDAD ARTICULAR

 Una articulación es la unión entre dos huesos, lo que mantiene estos huesos unidos son los ligamentos y la capsula articular. Estas dos estructuras están hechas del mismo tejido, tejido conjuntivo. Los ligamentos en forma de cuerda se extienden de un hueso al otro evitando que se separen. La cápsula articular es un manto que cubre toda la articulación (la zona de unión entre los huesos) para mantenerlos unidos.

Estos elementos de unión (la cápsula y los ligamentos) se tensan cuando el hueso se mueve limitando así dicho movimiento. Si estos elementos de unión son demasiado fuertes tendremos una articulación con muy poca capacidad e movimiento, es decir una rigidez articular. En cambio si estos ligamentos son demasiado débiles tendremos una articulación con demasiada capacidad de movimiento, es decir una inestabilidad articular.

La inestabilidad articular suele estar producida por una lesión, un esguince o un traumatismo que daña los ligamentos, los “da de si”. También puede estar producida por un proceso degenerativo o por  gestos repetitivos.

HIPERLAXITUD

La hiperlaxitud es una característica no una enfermedad. Hay personas cuyos ligamentos son muy débiles y por tanto todas las articulaciones de su cuerpo tienen demasiado movimiento, es decir son inestables. La hiperlaxitud es generalizada a todas las articulaciones a diferencia de la inestabilidad articular que la encontramos solo en una articulación en concreto.

CONSECUENCIAS

 El hecho de tener articulaciones demasiado móviles tanto a nivel general (hiperlaxitud) como en una articulación concreta (inestabilidad articular) provocara que la musculatura tenga que trabajar mucho más para controlarla, como los ligamentos no frenan a los huesos, son los músculos los que tiene que contraerse para frenar ese hueso. Esto multiplica los esfuerzos por dos sobrecargando la musculatura y generando contracturas como medida de protección.

Otra consecuencia importante es que al haber demasiado movimiento aumenta el roce entre las superficies articulares (los cartílagos) haciendo que se gasten de manera más rápida, lo que se conoce como artrosis prematura.

 TRATAMIENTO

 1.Ejercicio terapéutico. Para mejorar la resistencia de los ligamentos es preciso realizar ejercicios en los cuales se trabaja la estabilidad, se conocen como ejercicios propioceptivos y consisten en controlar determinadas posturas bajo la acción de diferentes estímulos.

2.Dieta rica en silicio. El silicio es un mineral que activa la formación del material con el que se fabrican los ligamentos. Un ligamento débil tiene una baja concentración de silicio. Aumentando los niveles de silicio se refuerzan los ligamentos y así conseguimos estabilizar las articulaciones.

3.Suplementos de silicio. A veces nos encontramos con que el silicio que aportamos con la dieta no es suficiente y a que complementar con cápsulas de silicio.

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