Este ejercicio lo recomendamos como complemento al tratamiento de fisioterapia que realizamos en consulta para pacientes que sufren lesiones tales como: tendinitis del tendón de Aquiles, espolón calcáneo, fascitis plantar, rotura muscular de gemelo o de soleo. 

Cuando se presenta una lesión los músculos que hay alrededor de esta pierden cierta capacidad de función, este fenómeno  lo conocemos como DISFUNCIÓN MIOFASCIAL.  

 

Más allá de que haya cierto daño en el tejido (rotura, inflamación, degeneración) la disfunción miofascial implica que los músculos que habitualmente trabajan en equipo para asegurar la integridad de la estructura y la calidad de un gesto empiezan a ir por libre dando como resultado un fracaso en de su función conjunta. 

Cómo fruto de una lesión los músculos de su alrededor (agonistas, antagonistas, sinergistas) pueden acortarse, contracturarse, debilitarse o simplemente perder su ritmo y no contraerse en el momento adecuado (propiocepción). 

 

Esta disfunción miofascial puede aparecer secundariamente a una lesión y perpetuar su existencia (cronificarla) o a la inversa, primero aparece la disfunción fruto de movimientos repetitivos o lesivos y como consecuencia de la pérdida de función muscular el tejido se lesiona. 

 

 

El tratamiento de fisioterapia delante de una lesión consiste en corregir esta disfunción miofascial corrigiendo así la función muscular conjunta. Una parte del tratamiento la realizamos en consulta, otra parte la puede realizar el paciente en casa mediante el ejercicio terapéutico. 

 

Muchas veces nos encontramos que los ejercicios que se prescriben para mejorar la evolución de una lesión no surgen efecto o incluso causan dolor. Esto suele ser porque la estructura no está aún preparada y dicho ejercicio aunque a priori parezca fácil supera las capacidades mecánicas del músculo lesionado. 

 

El ejercicio que presentamos en este artículo está diseñado para mejorar la función miofascial de la musculatura implicada en una lesión de manera que pueda asimilar mejor otros tipos de ejercicios más intensos.  La inhibición posicional de los puntos sensibles de esta musculatura actúa sobre los llamados husos neuromusculares, unos mecanorreceptores que controlan la longitud muscular.

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